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.- Carnaval Negros y Blancos 2012 - 2013
El
Carnaval de Negros y Blancos, es la fiesta más grande e importante del sur de Colombia,
si bien su Indicación Geográfica le
pertenece a la ciudad de San Juan de Pasto,1Colombia, también ha sido adoptada por otros
municipios nariñenses y
del suroccidente Colombiano. Se celebra del 2 al 7 de enero de cada año, y atrae un
considerable número de turistas colombianos y extranjeros.
El 30 de septiembre de 2009 fue
declarado "Patrimonio
Cultural Inmaterial de la Humanidad" por el comité de
la UNESCO.2
El Carnaval de
Negros y Blancos, es la fiesta más
grande e importante del sur de Colombia, si bien su Indicación Geográfica le
pertenece a la ciudad de San Juan de Pasto,1Colombia, también ha sido adoptada por otros
municipios nariñenses y
del suroccidente Colombiano. Se celebra del 2 al 7 de enero de cada año, y atrae un
considerable número de turistas colombianos y extranjeros.
El 30 de septiembre de 2009 fue
declarado "Patrimonio
Cultural Inmaterial de la Humanidad" por el comité de
la UNESCO.2
Participantes preparándose para Desfilar,
6 de enero de 2008.
Afiche oficial del Carnaval de Negros y Blancos de
Pasto 2007.
El Carnaval de
Negros y Blancos tiene su origen en la fusión de múltiples culturas y
expresiones, correspondientes a los Andes, la Amazonía y la cultura del
Pacífico. Este hecho lo caracteriza y diferencia entre otras expresiones
similares, empezando por la fecha en que se realiza, la cual tiene un origen
netamente indígena, puesto que coincide con la celebración de la Luna (Inti),
que guarda reminiscencia con los rituales efectuados por los Pastos y
los Quillacingas,
culturas agrarias que, en época de cosecha, honraban con danzas a la luna, y en
otros rituales hacían rogativas al sol, para amparar sus cultivos.
Jugadores
contemporáneos del Día de Blancos, 6 de enero de 2007.
Estas
celebraciones, con la fusión e influencia de la cultura española dan origen
al sincretismo hispano religioso, que
generan proto expresiones de lo que será el carnaval de Pasto. A comienzos del
siglo XIX, las autoridades de la colonia prohíben estas fiestas para evitar los
levantamientos indígenas, y hacia el 1834 reaparecen los festejos de indios con
sus churumbeles, los mestizos con mascaradas y principalmente algarabías de
vecinos, todas estas fiestas debidamente enmarcadas en el calendario religioso,
principalmente con las festividades de la Virgen de las
Mercedes (24 de septiembre) y de la Inmaculada
Concepción de María (8 de diciembre).
En aquellas
épocas, en víspera del Día de Reyes también se realizaba festiva
y espontáneamente el juego de negritos, principalmente entre
blancos y mestizos, debido a la escasa presencia de población negra en Pasto.
Esta festividad contrastada por la extroversión de una comunidad caracterizada
por una vida apacible y taciturna, que encontraba en esos días una oportunidad
de romper lo establecido y liberar el espíritu.
Su origen fue un
"asueto" a negros, originado en el Gran Cauca,
comarca a la que pertenecía Pasto. En 1607 hubo una rebelión de esclavos en
Remedios, Antioquia que causó
pánico entre las autoridades coloniales. Este evento era recordado por la
numerosa población negra de Popayán quien demandaba un día de
descanso en el cual ellos pudieran ser verdaderamente libres. Para conservar la
paz social, la Corona Española concedió
el día 5 de enero, para tal efecto:
“EL PRINCIPE, DÍA
VACO PARA LOS NEGROS ESCLAVOS”. Agora entendyendo dicha relayón e solicitud de
muchos esclavos negros de dicha provincia vengo a deciros a voz que se acoge
paternalmente dicha solicitud y se dará día vaco enteramente a los negros y
será el 5 de enero, víspera de la fiestas de las Santas Majestades y venerando
estima a la Santa Majestad del Rey Negro. Fechada en Madrid. “Yo el Príncipe”.3
Jugadora del día
de Negros, 5 de enero de 2007.
Esta noticia fue
dada a conocer por bando en Popayán y así fue como el 5 de enero, se declara
día libre para las gentes de color; la población negra de la capital del Cauca
salió a las calles a bailar al ritmo de la música africana y empezaron a pintar
de negro las afamadas paredes blancas de esa población. Posteriormente esta
costumbre se regó por el sur, tomando una inusitada fuerza en la fría ciudad de
Pasto, donde cuenta el cronista José María Cordobés Moure, ya hay vestigios de
que se jugaba hacia 1854. Es así como se configura el génesis del juego de
Negros y de Blancos de Pasto, y de este modo transcurriría sus primera décadas.
El juego de
Blancos, parte importante del carnaval, nace en el amanecer de un Día de Reyes (seis de enero) de 1912,
fundado en la necesidad de expresar la imaginación, el juego, la amistad y de
compartir la alegría que por esas fechas reanima la vida. En una fina y
exclusiva casa de citas de la ciudad, la casa de las señoritas Robby ubicada
en la Calle Real (actual Carrera 25), el atrevimiento
de don Ángel María López Zarama, afamado sastre de la ciudad, lo lleva a tomar
la polvera francesa de una de las damas más solicitadas y procede a esparcir
los polvos con perfume de mujer, entre todos los presentes con el grito
de ¡Vivan los Blanquitos!, como una respuesta al ya tradicional
juego de Negros. No tardaron los compañeros del maestro cortador, en ser
víctimas primero y luego partícipes del juego. Luego, todos habrían de salir a
la calle a repetir la broma con los desprevenidos parroquianos que salían de
la Misa de Reyes de la iglesia de San Juan Bautista, repitiendo ¡Que
vivan los Negros y que vivan los Blancos!,4 expresión que bajo la custodia
del Galeras, se
insertará por siempre y con vigor en la esencia de los pastusos.
Vista lateral
de Pachá Carnaval en el Desfile Magno, 6 de enero de
2006.
No es sino hasta
mediados de los años 20, del Siglo XX, que va adquiriendo corpus la actual
fiesta, en la que se conjugan otras instancias, tiempos y espacios, dotándolo
de un carácter más urbano e incluyente. En 1926, los estudiantes mayores de los
colegios y de la Universidad de Nariño deciden
participar activamente en la fiesta, eligiendo como su reina a Romelia
Martínez, y saliendo por las calles vestidos con disfraces en comparsas y
bailando al son de la música regional, en lo que se constituye el primer
desfile, ya no del Día de Reyes, sino
del 6 de enero, o día de Blancos.
Para el 4 de enero
de 1929, una cabalgata de más de ciento cincuenta jinetes se aprestaba a
ambientar los juegos del 5 y 6 de enero, para ello se habían concentrado frente
al Batallón
Boyacá. A las tres de la tarde y cuando los jinetes se hallaban
listos para el gran desfile, una familia compuesta por el padre, la madre,
dos chicas, niños, tres jóvenes que cabalgaban en cansados jamelgos y quienes
iban seguidos por peones que arriaban los mulas cargadas de petacas, y haciendo esfuerzos para que unos cerdos y ovejas
no se desbandaran y llevando a cuestas jaulas con loros y micos, sin olvidar
la "mica" (bacinilla). Era un colono antioqueño con su familia que después de
permanecer muchos años en el oriente (Putumayo),
había resuelto dejar la manigua para volver a tierra "civilizada".
Alfredo Torres
Arellano y Carlos Martínez Madroñero, organizadores del desfile, ordenaron, a
dos de la cabalgata que abrieran campo y ni cortos ni perezosos incluyeron a
los viajeros entre los alegres jinetes que minutos después hicieron el desfile.
Gozosos los que del oriente venían por tan inesperado encuentro y sin saber por
qué de tan animado "tope" ocuparon el centro rodeados de los jinetes
en trance de promocionar los carnavales, el jefe de la familia saludaba
atentísimo a las multitudes que presenciaban el paso de la cabalgata.
Llegada de
la Familia Castañeda, 4 de enero de 2007
El grito histórico
resonó alegre por todos los ámbitos de la ciudad: ¡Viva la Familia
Castañeda!, invento de Torres Arellano, que en una inspiración digna de su
talento, entró a la posteridad ese nuevo y original signo de alegría. El colono
y sus gentes desfilaron alegres y emocionados por todas las calles de la
ciudad. Los inesperados viajeros recibieron las aclamaciones de miles de
pastusos a lo largo de las vías, plazas y avenidas de la capital nariñense.5 Al finalizar el desfile, los
integrantes de la Familia Castañeda pidieron a sus nuevos
amigos que los acompañaran hasta el Hotel París donde se
alojarían, dicho hotel estaba situado en la Calle Real,
donde hoy se levanta el edificio “Zuchín” ubicado en la Carrera 25, entre
Calles 17 y 18.
Otras versiones
señalan que la Familia Castañeda caracterizada en las comparsas del 4 de enero
también es una caricaturización de la familia Bucheli Ayerbe, uno de cuyos
miembros Don Julián Bucheli Ayerbe, se convertiría en el primer gobernador
del Departamento de Nariño,
al despuntar el Siglo XX.
Hasta el
advenimiento del Carnavalito, el desfile de la Familia Castañeda se
constituiría en el abrebocas del Carnaval. Las décadas de los años 30 y 40
encuentran un Carnaval ya estructurado, y ante el advenimiento de las primeras
industrias, adquiere presencia y protagonismo el arte popular, particularmente
la expresión creativa de los artistas representada en monumentales esculturas
de papel, que como escenarios rodantes se construyen sobre plataformas móviles
motorizadas, principalmente camiones.
Madurez
En la década de
los años 50, las carrozas adquieren movimiento y mayor dimensión, destacándose
en la elaboración de las mismas el Maestro Alfonso Zambrano quien
da origen a toda una época de esplendor. Es en esta época, que empieza la Alcaldía
de Pasto (a veces con participación de la Gobernación de
Nariño) a asumir el control y la organización de las festividades,
principalmente de la apropiación de recursos para financiar los premios a las
mejores carrozas, que luego se extenderían a las comparsas y murgas.
A finales la
década de los 60 se inicia la búsqueda y contratación de orquestas comerciales,
nacionales e internacionales, llegando incluso a presentarse Los Melódicos de Venezuela y la Billo's Caracas Boys.
Es el pionero Luis Quenguan, quien hace un registro en cine (blanco y negro) de
8 milímetros, súper 8 y 16 milímetros de estos.6 Carnavales. En 1966, gracias a
Don Mario Fernando Rodríguez, surge en el barrio Bolívar, el Carnavalito, o
Carnaval de los Niños, fiesta autónoma que demorará al menos una década más en
integrarse al programa oficial.
Renovación
Tinkunni carroza ganadora del Desfile Magno de
2008.
Con la llegada de
la Carretera
Panamericana en los años 70 y la mayor inclusión de Pasto en la
economía colombiana, el Carnaval se renueva con la presencia de nuevas
tendencias en el manejo de los materiales, nuevos ritmos musicales y una
creciente corriente cultural que propugnaba por el redescubrimiento de las
raíces Quillacingas y su vinculación activa en
el Desfile Magno o día de los Blancos. Es en esa época que las
carrozas se llenan de motivos que exponen diversas reivindicaciones sociales de
los pueblos americanos.
Para los años 80,
la multiplicidad de corrientes culturales alrededor del Carnaval evidencia la
necesidad de la creación de un ente corporativo fuerte que asuma la
planificación, organización y ejecución de esta fiesta. Se tenía planeado que
dicha institución tuviera participación tanto de la municipalidad de Pasto,
como del sector industrial y comercial, de los artistas y cómo no, de los
sectores académicos de la región.
Es en esta década
que las poblaciones cercanas a Pasto, comienzan a montar sus propios
Carnavales, algunos efímeros como el de Verdes en la ciudad
de Ipiales (ahora Carnaval Multicolor de la
Frontera) y otros más duraderos como el de Rojos en la ciudad
de Buesaco. La nota predominante es que en toda la región suroccidental de
Colombia, se generalizaron festividades que coincidían con las celebraciones de
fin de año y que tomaban prestados elementos autóctonos del
popular Carnaval de Pasto.
Esta realidad
presenta dos intentos para la conformación de una institución que vele por la
preservación de las fiestas de Pasto, pero tanto los esfuerzos de mediados de
los 80, como los de inicio de los 90, no son fructíferos, porque los diversos
sectores involucrados no logran un consenso, por lo que será la Alcaldía de
Pasto la que seguirá gerenciando la festividad a través de una subsecretaría
especial llamada la Oficina del Carnaval, que veía con preocupación
cómo corría peligro la identidad de los Carnavales de Negros y Blancos de
Pasto. Es en esta época de agitación, en que se masificó el uso de la
tradicional frase: Viva Pasto Carajo!
Siglo
XXI
Finalmente, en
noviembre del 2001, mediante la Ley No 706, el Carnaval de
Negros y Blancos fue declarado Patrimonio cultural de la Nación por
el Congreso de la República de Colombia7 y con tal declaratoria, tomó
prioridad la construcción de la Plaza del
Carnaval y la Cultura, la señalización de la Senda del
Carnaval y la creación de la Corporación del Carnaval,
como una entidad de derecho privado, de carácter asociativo, con participación
mixta, sin ánimo de lucro y de utilidad común, facilitando la debida y adecuada
realización del Carnaval, que lo rescata como: "una trasversal
cultural con expresión lúdica en el espacio urbano".8 Por eso una de sus primeras
tareas fue la creación del Museo del Carnaval.
Con estos logros,
se da inicio a una nueva era de este evento, caracterizada por la
planificación, organización, difusión, investigación y modernización, tomando
prioridad la promoción de la cultura y abordando temas polémicos como si se
deben o no negociar los derechos de transmisión por radio, televisión e
internet. Ahora, el Carnaval de Negros y Blancos ha quedado oficialmente
incluido en los planes gubernamentales del municipio de Pasto, y gestionado por
un ente llamado Corpocarnaval; este, a su vez, y gracias a una investigación
académica realizada en la Universidad de Nariño,
envía la postulación del evento al comité de la UNESCO, la cual declara el 30 de septiembre de 2009 "Patrimonio
Cultural Inmaterial de la Humanidad" en la ciudad de Abu Dhabi.9
Sacado de Wikipedia